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La disfagia consiste en la dificultad para tragar alimentos tanto líquidos como sólidos, incluso la saliva.

Puede estar relacionada con el envejecimiento, así como con enfermedades neurológicas como ictus, Parkinson o demencia.

Suelen aparecer infecciones en la vía aero-digestiva alta o tumores en esa parte. Como causa más frecuente existe daño en los nervios y músculos que intervienen en alguna de las fases de la deglución. Dando lugar a las parálisis de las cuerdas vocales.

Este tipo de parálisis suele deberse a cirugías previas, uso incorrecto de la voz o por causa infecciosa. Este problema lo padecen 1 de cada 15 personas, llegando a afectar a más del 50% de personas cuando envejecen. También existe cierta tendencia al sexo femenino, y suele alterarse una de las cuerdas vocales.

Se manifiesta con síntomas tales como tos, dolor, opresión en el pecho, vómitos o pérdida de peso. Apareciendo incluso temor a la hora de ingerir alimentos. En ocasiones se le suman problemas en la voz y en la respiración, ya que participan las mismas estructuras anatómicas.